La Cruz Parlante de los Mayas

El culto a la cruz parlante, tiene que ver con el hallazgo de una cruz tallada en caoba de entre 7 y 10 centímetros, unos años después de iniciada la Guerra de Castas. La cruz se encontró junto a un pequeño cenote en el poblado denominado Chan Santa Cruz. Fue la primera cruz santa, a la que se le atribuían poderes que consistían en orientar a los mayas en su lucha. La cruz se comunicaba con algunos personajes mayas a través de dos medios: por escrito y de forma oral, de ahí que se le consideraba como “parlante”.

La cruz fue colocada en un altar y posteriormente se edificó una iglesia. A este lugar se le consideraba un espacio sagrado y sólo unos cuantos podían acceder para cuidarla de día y de noche. El culto a esta cruz, fue creciendo y adquiriendo mayor relevancia. Con la muerte de José María Barrera, en 1852, el culto hacia la cruz parlante continuó. La cruz era considerada como su máxima autoridad, les daba a los mayas además seguridad y los orientaba desde el punto de vista religioso.

Posteriormente, se formó un sistema de vigilancia sustentado en lo que se llamó “compañías”. Se trataba de una organización político militar y religiosa. El servicio de vigilancia era obligatorio, sobre todo para los hombres sanos de más de 17 años.

Los mayas de la época, adoradores de la cruz parlante, se auto nombraron cruzoob, y estaban dirigidos por una jerarquía propia con los siguientes cargos: • General • Comandante • Capitán • Teniente • Sargento

Los mayas de Quintana Roo han logrado persistir como grupo diferenciado del resto de los mayas peninsulares a lo largo de los años. La Guerra de Castas influyó de manera determinante en la reorganización social, religiosa y cultural de los mayas, reformulando su identidad en torno a la “Cruz Parlante”.

Hoy existen más cruces en toda la región maya. Como durante la Guerra de Castas, las cruces se encuentran en diversos espacios de la vida de los mayas.

El número de iglesias o Centros Ceremoniales mayas también ha ido en aumento. Aunque no todos reconocidos, incluso por la iglesia católica que a veces los visita, para los mayas todos son importantes.

Las compañías también han aumentado, y aunque ya no es una actividad que se obligue por la fuerza a realizar, sí hay una obligación moral y religiosa que propicia que sigan haciéndose guardias en los distintos Centros Ceremoniales.

Los mayas todavía no saben cuál va a ser su destino. Cuando se les pregunta a los sacerdotes sobre si habrá otra guerra, responden que es posible, pero que no lo pueden asegurar. Consideran que habrá cambios importantes en algunos años, los cuales determinarán el futuro de los mayas.

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